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junio 17, 2021Pues bien, para encontrar la definición de la violencia vicaria, hay que partir de la violencia de género, la cual, por desgracia, es una vieja conocida de la sociedad española, ya que se encuentra alarmantemente extendida, con crímenes machistas de toda índole que se producen con carácter diario, y con 19 mujeres asesinadas en lo que llevamos de año 2021. Pero esto no acaba aquí, ya que la violencia de género no afecta solo a las mujeres que son víctimas directas de la misma, sino que se extiende también a otras personas del entorno cercano de la misma, como son, lamentablemente en demasiadas ocasiones, sus hijos menores.
Así, en algunos casos, los asesinatos machistas se producen respecto de los hijos de la víctima de violencia de género y, lo que es más desgarrador, hijos también del propio agresor, en lo que se ha denominado violencia de género vicaria. En estos casos, lo que ocurre es que el agresor sustituye el sujeto destinatario de sus actos de violencia de género, dirigiéndolos, en lugar de respecto de la mujer, respecto de sus hijos menores.
Esta sustitución o reemplazo de una persona por otra en la realización de un acto o en la experiencia de una situación es a lo que hace referencia el concepto vicario. Por tanto, la violencia de género vicaria se refiere a aquellos casos en los que el agresor machista dirige sus actos de violencia hacia los hijos de la víctima, en la peor materialización de la violencia de género que la madre, y también la sociedad en su conjunto, puede concebir.
Estos actos de violencia vicaria pueden consistir tanto en la exposición de los hijos a las agresiones ejercidas sobre su madre, como en agresiones directas de todo tipo sobre los mismos menores o incluso, en los casos más graves, en el asesinato de estos niños. También son distintos los fines para los que se utiliza esta violencia, según el agresor, pues en ocasiones se instrumentaliza a los menores como medio de coacción y control para la madre, evitando que abandone o denuncie a su agresor, o bien se les utiliza como destino de las frustraciones o la ira del agresor, aprovechando la vulnerabilidad e indefensión de los menores, mas principalmente el fin último del agresor es herir a la víctima a través del daño a sus hijos, a sabiendas de que de esta manera le causará un dolor irreparable.
En España, esta violencia de género vicaria constituye una lacra que, desde el año 2013, en el que se empezaron a contabilizar los casos de violencia de género, se ha cobrado un total de 39 víctimas mortales, todos ellos menores de edad, y la cual no lograremos erradicar hasta que no eliminemos por completo la violencia de género, objetivo que, a su vez, solo seremos capaces de alcanzar, como país, cuando logremos una plena concienciación de la igualdad de género entre hombres y mujeres en la totalidad de nuestra población.